Fallece el doctor Raúl Alvarez Obregón, excirujano Jefe del Hospital de Cabueñes de Gijón, miembro de la SECT y del equipo médico de la Enfermería de del Bibio.
Prestigioso médico, era considerado todo un maestro por muchos colegas e impulsó el crecimiento del centro hospitalario gijonés. Era asiduo asistente a nuestros congresos y desde hace 5 años formaba parte del equipo médico de la plaza de Gijón.
El doctor Raúl Álvarez Obregón, prestigioso cirujano gijonés, miembro de la SECT, jubilado en 2013 de su puesto como Jefe del Servicio de Cirugía General del hospital de Cabueñes, ha fallecido el día 21 de Junio a los 69 años en el Hospital Universitario Centra de Asturias (HUCA), donde permanecía ingresado en estado grave tras sufrir un derrame cerebral el domingo mientras almorzaba con su esposa y unos amigos. En el hospital fue operado de urgencia pero no logró recuperarse pese a los esfuerzos médicos.
Asiduo de los congresos de la SECT, era muy querido de todos los socios, que nos congratulábamos al verle un año tras otro en los congresos de nuestra Sociedad, llegando a hacerse socio de la misma al jubilarse del Hospital de Cabueñes, aunque seguía ejerciendo en la Clínica Begoña de su querido Gijón. Su fallecimiento ha sido una triste sorpresa, pues todos le vimos en el último Congreso celebrado en Plasencia gozando de su habitual buen humor y simpatía y sin rastro de enfermedad alguna que presagiara tan súbito final.
Cubano de nacimiento, pero de familia asturiana, permaneció en la isla, donde vivía a 50 metros del Malecón. «Llegó la dictadura comunista y a mis padres, que regentaban una tienda de ropa en el centro de La Habana, les quitaron todo», explicaba. Se acabó la tienda y cerraron el colegio de los Jesuitas donde estudiaba. A los 13 años, sus padres lo embarcaron en el ‘Covadonga’, de <<Transatlántica Española>> rumbo a España, y sus tíos de Luces (pueblo cercano a Lastres, Colunga) lo recogieron en Santander. Estudió en los Jesuitas de Gijón, donde empezó en el curso de 1960, época que le marcó y desde la que empezó a considerarse un gijonés más. En 1971 inició los estudios de Medicina en la Universidad de Salamanca, donde conoció a su esposa Pilar Laso, enfermera, y con la que tuvo dos hijos, Carlos y Elena.
Se formó como cirujano en Estados Unidos, donde hizo la residencia de Cirugía General, prefiriendo volver a Asturias al terminarla. Trabajó en el HUCA a su regreso a España, con el gran bagaje conseguido de su experiencia en Estados Unidos. Ayudó en el Sanatorio del Carmen al doctor José del Río, antes de incorporarse definitivamente a Cabueñes en 1976, donde era jefe de cirugía Carlos Tinturé. Entonces eran seis cirujanos y hasta la fecha de su jubilación esa cifra se multiplicó por tres. Álvarez Obregón vivió en primera persona la evolución del hospital, desde cuando era un edificio pequeño donde ni siquiera había UVI ni anatomía patológica, por lo que tenían que enviar las muestras a Oviedo.
Vio crecer el hospital gijonés y con él se impulsaron las unidades de mama y colon. Y desde 1981 a 1991 fue profesor de la Escuela de Enfermería. Es considerado todo un maestro por muchos médicos que crecieron profesionalmente junto a él, entre ellos la actual alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón.
Gran aficionado a los toros, su integración en la Cirugía Taurina ha seguido un curioso camino. Primero fue cirujano y después aficionado a los toros y como amigo y compañero de los cirujanos de la enfermería empezó a acudir a los Congresos de la SECT, hasta que finalmente pasó a formar parte del equipo médico de la plaza de toros del Bibio de Gijón.
Por sus manos han pasado numerosos pacientes. No sólo en la sanidad pública, sino también en la privada, en concreto llevaba más de cuarenta años vinculado al Hospital Begoña, donde, de hecho, seguía ejerciendo. Su pérdida ha sido muy sentida en diferentes ámbitos de la sociedad gijonesa y asturiana, así como en el seno de la SECT, ya que era considerado un buen amigo y muy querido por todos nosotros. Aprovechando el tiempo libre de su jubilación, solía acudir a otras ferias aparte de la de Gijón, compartiendo burladero y afición donde había oportunidad de hacerlo.
Te echaremos de menos, Raúl. Descansa en paz, amigo.