Recogemos aquí, el interesante artículo que nos hace llegar desde el Instituto de Ciencias de la Educación de Castilla y León, del Prof. Jorge C. Berriatúa, Presidente ICBMed: https://icbmed.com/
“Daos prisa porque me estoy muriendo”. Con estas palabras, el pasado 17 de junio, el diestro español de 36 años, Iván Fandiño, se dirigía a su cuadrilla en la plaza de toros francesa de Aire Sur L´Adour tras recibir la cornada del toro Provechito. Aunque fue atendido en la plaza, el torero fallecía horas después como consecuencia de lesiones incompatibles con la vida. Las enfermerías de las plazas de toros están dotadas de quirófanos que pueden atender casi cualquier eventualidad, aunque hay cogidas mortales como la de Iván Fandiño, que ponen al límite las capacidades de los cirujanos taurinos.
El parte médico no pudo ser más aterrador: Cornada de entrada por la parte posterior del lado derecho debajo de las últimas costillas, de trayectoria postero-anterior, hacia adentro y ascendente. Primera trayectoria profunda de más de 30 centímetros de longitud, con desgarro de celda renal, vena cava, derrame de tres litros y medio de sangre negra e hígado seccionado. La segunda trayectoria arranca la base del mesenterio, con desgarro del peritoneo parietal posterior. En quirófano, los cirujanos intentaron realizar una laparotomía de la hemostasis con sujeción de aorta que, sin embargo, no consiguió evitar el colapso y llevó al fallecimiento del torero.
La tauromaquia es una de las expresiones culturales más polémicas del mundo, con detractores y seguidores por igual. Sin embargo, las cirugías que se practican en las plazas de toros son auténticas luchas por salvar, en ocasiones, en décimas de segundo, la vida de un ser humano. De hecho, son cirugías tan específicas que tienen su propia especialidad: cirugía taurina. Son intervenciones quirúrgicas tan específicas que son una sub-especialidad dentro de la medicina de urgencias. La Sociedad Española de Cirugía Taurina, las define como una cirugía general con características peculiares que se practica en una plaza de toros. Son pocos los cirujanos taurinos que hay y las mejores enfermerías taurinas del mundo se encuentran en España, Portugal, Francia, México y Colombia. De hecho, los días 1, 2, 3 y 4 del pasado mes de junio se celebró en la ciudad española de Palencia el XXV Congreso Nacional de Cirugía Taurina al que asistieron cirujanos de todo el mundo.
Según el Dr. García Prados, cirujano jefe de la Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid), la enfermerías donde se realizan estas cirugías taurinas cuentan con un quirófano y personal médico capaz de realizar casi cualquier intervención de urgencias con más rapidez que un hospital puesto que no hay que esperar a que el quirófano quede libre, mejorando, así, las posibilidades de éxito. El equipo médico que tiene a su cargo el Dr. García Prados en Las Ventas cuenta, por ejemplo, con un traumatólogo, tres cirujanos, una médico de Medicina Interna, tres anestesiólogos, dos enfermeros y dos auxiliares de quirófano. La mayoría de heridas que se tratan suelen ser lesiones por asta de toro que se subdividen en contusiones (heridas por golpeo o compresión) y cornadas (heridas inciso-contusas).
Las contusiones, a su vez, pueden ser de dos tipos: varetazos (choques entre el cuerno del toro y el cuerpo del torero) o puntazos (choques de trayectoria perpendicular). Las cornadas, de tres tipos: envainadas (afectación de estructuras profundas), heridas despistantes (foco lesivo alejado del punto de cogida) y heridas por empalamiento (causadas por la introducción del pitón por el recto). El pronóstico de las cornadas puede ser leve (sanan en menos de 15 días), menos grave (15-30 días), grave (>30 días) y grave-gravísima (amputaciones, demencias, incapacidades o grandes deformidades).
Por desgracia, la cornada de Iván Fandiño recibió el pronóstico de mortal de necesidad y nada pudo hacerse para salvar su vida. Las palabras del cirujano que le atendió en primera instancia, Dr. Mathieu Poirier, recogen, no obstante, la íntima comunión que existe entre médico y torero en esta difícil especialidad médica que es la cirugía taurina: “Fandiño fue un gran matador, un maestro y un hombre de corazón que se ha marchado demasiado pronto cogido por su pasión, el toro… Suerte”.