Querido Ramón…no…no, tú no te has marchado, sólo has cambiado de burladero…siii, recuerda…como cuando te jubilaste en 2011 por meritoria voluntad propia, para ir dejando paso a los jóvenes y que la transición fuera suave, con tu respaldo, con tu apoyo. Elegiste a tu aventajado discípulo Octavio Mulet y ¿cómo no?, acertaste..pero tú al lado…en tu – su burladero.
Aún hace solo tres semanas me congratulaba de verte por la televisión en la corrida del triunfazo de Julián y te lo hice saber. Me contestaste enseguida con tu simpatía y gracejo innato y tus siempre cariñosas palabras, para mí y para Alicia mi mujer, compañera de correrías y siempre amiga de Pilar en los Congresos, que tantas veces coincidimos.
Pues resulta que tu inmensa Fé y tu inquietud te hicieron pedir un hueco en el burladero del Cielo este 17 de mayo de 2018, el día siguiente al que 98 años antes lo hizo Joselito la tarde de Talavera. Y por supuesto como uno de los grandes y buena gente donde la haya, naturalmente te lo dieron.
Y aquí dejaste la tristeza de tu querida familia, tu extraordinaria esposa, hijos, nietos, centenares o miles de personas que te queremos y entre ellas profesionales del toreo, más de 1.500, a los que salvaste la vida o se la normalizaste tras brillantes operaciones y tratamientos con ocasión de percances de todo tipo, desde menores a gravísimos, como en 1978, 1996, 2004…por citar sólo algunos.
Como los grandes maestros del toreo pusiste de acuerdo a todo el mundo como admiradores y partidarios tuyos. Bastaba con oírte hablar con tu sevillanísimo acento y no digamos asistir a una de tus extraordinarias presentaciones, con asombroso apoyo audiovisual tras tus 32 temporadas al frente de la Enfermería de la Maestranza y antes 12 más con tu padre, tu maestro. Tal longevidad quirúrgica la alcanzan muy pocos y por ser miembros de sagas, tal como también tus amigos los García Padrós, Valcarreres, Martínez de Bourio, Crespo….y creo que no muchos más. ¡Qué enorme experiencia en tantísimas corridas y percances….! Y con qué deleite la enseñabas a quienes te escuchaban o te veían operar.
Con ese sólido fundamento organizaste y participaste en muy diversos Congresos y Reuniones Nacionales e Internacionales y presidiste la SECT (SOCIEDAD ESPAÑOLA DE CIRUGÍA TAURINA) bastantes años, entre 6 y 8, trabajando especialmente para que las dotaciones estructurales, personales, técnicas y medios de traslado fuesen los mínimos para iniciar las actuaciones y derivar con seguridad y rapidez a los lesionados a Centros de mayor nivelación.
Tu afición a la Fiesta no la podías disimular ni tenías por qué hacerlo y ostentosamente jaleabas a los toreros cuando ejecutaban sus faenas…, de esas que llegan al corazón y nos hacen felices. Además siempre has dicho y lo comparto, que hay que ser muy aficionado y muy entendido para ser cirujano taurino y más para dirigir un equipo médico-quirúrgico en la plaza de toros con personal y medios suficientes, o para liderar modestos equipos en heroicas actuaciones en encierros y portátiles. Hay que serlo para que el día de toros sea una fiesta y no un suplicio atenazado por los miedos. La responsabilidad que asumimos es enorme y lo dicho, la afición y también la organización interna, la hace que forme parte de nuestra vida con carácter adictivo intenso.
Por supuesto la inmortalidad terrenal la conseguiste hace años con tu ejecutoria quirúrgica, con tu docencia, conferencias, publicaciones sobre esta verdadera especialización, con tu simpatía y accesibilidad a cualquiera que quisiera simplemente saludarte o pedirte tu ayuda profesional, con tu extraordinaria personalidad, bondad y sencillez. Siempre una sonrisa y una mano caliente que estrechar.
Por tener muchos amigos e íntimos en este mundo, «el planeta de los toros» de Díaz Cañabate, sufriste especialmente con las pérdidas en percances insalvables que ocurrieron aquellos años, 1984….1992…1995…. Ahora te reencontrarás con ellos allí arriba, con todos tus seres queridos, amigos y los grandes maestros de todos los tiempos, pasando tú a engrosar la lista de los irrepetibles..
En fin un privilegio haber contado con tu amistad y maestría. Un fuerte y eterno abrazo, Enrique Sierra Gil. 17 de mayo de 2018.
P.S.: Esta fue mi primera manifestación al saberlo el 17 de mayo por la mañana:
Maestro de cirujanos, docente, simpático, querido, admirado…
Ramòn siempre serás nuestro referente.
Descansa, pero sigue viendo toros y jaleando a los buenos toreros.
Enrique Sierra Gil
Cirujano-Jefe. Plaza Monumental de Barcelona.
Con la autorización del administrador de la web CUADERNOS DE TAUROMAQUIA, D. Álvaro Acevedo.